jueves, 31 de mayo de 2012

Naso (Bamidbar 4:21 - 7:89)




Fueron indicadas las tareas exactas que debían cumplir los hijos de Guershón, Kehat y Merari, y un censo reveló que ocho mil quinientos ochenta hombres entre los 30 y 50 años eran aptos para el servicio.
Todos los israelitas impuros debían ser enviados fuera de los distintos campamentos (majanot). Algunos sólo fueron trasladados de majané Sh´jiná(campamento de la Presencia Divina), y otros, de majané Leviá (Campamento de los Leviim). Los leprosos eran desplazados de los tres campamentos.
Fueron promulgadas cuatro leyes relativas a los cohanim:
1.Si una persona confesaba tener en su poder incorrectamente una propiedad del vecino, tenía que agregar un quinto al monto original y llevar también una ofrenda de culpa a D´s como expiación por su pecado. Si el dueño verdadero había muerto sin dejar herederos (esto es sólo aplicable a un converso), la restitución le era efectuada al cohén.
2. Un marido que sospechaba que su esposa le era infiel, debía presentar su queja al cohén con los requerimientos prescriptos en el tratado Sotá. El cohén tomaba entonces agua bendita de la jofaina y la mezclaba con polvo del piso del Mishcán (Santuario). Luego juramentaba a la mujer y si ella era culpable sufriría daños después de beber las "aguas de la amargura". Las palabras del juramento estaban escritas en un rollo y eran borradas en el agua. La mujer bebía entonces el líquido. Si era culpable, las deformidades físicas que sufría testimoniaban su infidelidad. Entonces era acusada frente al pueblo y moría. Si era inocente, no sufría ningún daño y se le prometía la bendición de la maternidad.
3. El nazir era alguien que voluntariamente hacía la promesa de consagrarse completamente al servicio de Hashem por un período de tiempo determinado. Estaba obligado a abstenerse del vino y las bebidas fuertes que se obtienen de la uva; debía dejarse crecer el cabello y evitar el contacto con cualquier cadáver. Si se contaminaba accidentalmente, tenía que raparse la cabeza, ofrendar un sacrificio de expiación y comenzar a contar de nuevo el período de consagración a D´s. Cuando los días de su nezirut habían expirado, se le pedía que llevara un sacrificio, se afeitara la cabeza y quemara el cabello debajo del sacrificio. Después de realizar el cohén ceremonias adicionales, el nazir era liberado de nuevas restricciones y volvía a su forma de habitual.
4. Se indicaba a los cohanim que usaran una serie específica de bendiciones para el pueblo, como sigue a continuación: "¡El Señor te bendiga y te guarde! ¡Haga el Señor resplandecer Su rostro sobre ti y tenga de ti compasión! ¡Alce el Señor Su rostro sobre ti y te conceda la paz!.

El Mishcán había sido erigido e inaugurado el primero de Nisán, en el segundo año posterior al Éxodo. Los doce dirigentes, cada uno en representación de su tribu, hicieron conjuntamente una donación de seis carros y doce bueyes para el transporte del Mishcán y su contenido. A los miembros de Guershon, que transportaban la tapicería, les fueron asignados dos carros y cuatro bueyes. Los miembros de Merari, a quienes se había confiado la carga más pesada, recibieron cuatro carros y ocho bueyes. Por otra parte, los miembros de Kehat no recibieron carros pues su misión era transportar las vasijas más sagradas sobre los hombros. Cada dirigente llevó idénticos presentes de vasos de oro y plata, animales para el sacrificio y ofrendas de comida en doce días sucesivos.
Lilmod ULelamed

viernes, 25 de mayo de 2012

Bamidbar (Bamidbar 1:1 - 4:20)



Durante el segundo año del éxodo de Egipto, Moshé y Aharón recibieron orden de Hashem de contar a todos los israelitas varones cuyas edades oscilaban entre los veinte y los sesenta años. Estos varones quedaron sujetos a cumplir el servicio militar. El censo reveló que seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres estaban disponibles para cumplir sus deberes en el ejército. La tribu de Leví fue excluída del censo general a causa de su misión especial en el Mishcán (Santuario).
Debía mantenerse el orden y la disciplina en todo momento, ya fuera que los israelitas estuvieran acampados o en marcha. El campamento fue dispuesto en forma de cuadrilátero, con el Mishcán en el centro, protegido en sus cuatro lados por las tiendas de los leviím. Las doce tribus fueron divididas en cuatro grupos, cada uno de los cuales tenía el nombre de su tribu principal, y todas éstas formaban el cordón exterior. Iehudá, junto con Isajar y Zevulún, estaban ubicados en el lado oriental del campamento; Reuven, Shimón y Gad acamparon en el lado sur, Efraím, Menashé y Biniamín se ubicaron en el extremo occidental, y Dan, Asher y Naftalí en el área norte. Durante los viajes de la nación, el grupo liderado por Iehudá marchaba al frente, seguido por Reuvén, Efraim y, en la retaguardia, Dan. Algunos comentaristas sostienen que todo el conjunto se movilizaba como un cuadrilátero, conservando la misma forma que tenía cuando estaba acampado.
Originalmente, los primogénitos habían sido elegidos por D-s para cumplir los servicios sagrados. Después de cometido el pecado de éiguel hazahav (becerro de oro), esta codiciada tarea fue asignada a los leviím, quienes se habían mantenido fieles al Señor en todo momento. En consecuencia, Moshé recibió orden de encomendar a los levitas el servicio del Mishcán bajo la supervisión de Aharón y sus hijos. El censo efectuado reveló que había un total de veintidós mil trescientos leviím.
A cada una de las familias levíticas - Guershón, Kehat y Merari - le fue asignada una tarea aparte en el servicio del Mishcán. Los guershonim, en el lado occidental, eran responsables del transporte de las cubiertas del Mishcán. Los kehatim, acampados en el lado sur, transportaban el Arca, el Shulján, la Menorá y los mizbeijot (altares). Los miembros de Merari, situados en el lado norte, tenían la responsabilidad de transportar las tablas, los pilares, las clavijas y los cubos del Mishcán. Los miembros de Kehat fueron advertidos de que no debían tocar y ni siquiera mirar los objetos sagrados, que eran cubiertos por Aharón y sus hijos antes de ser trasladados. Elazar, hijo de Aharón, era el supervisor general del Mishcán, cuidando en particular la provisión de aceite para las lámparas, el incienso, la minjá continua y el aceite de unción. Esto es parcialmente analizado en la parashá siguiente.
Lilmod ULelamed

jueves, 3 de mayo de 2012

Ajarei Mot - Kedoshim (Levitico 16:1 - 20:27)




Después de que sus hijos Nadav y Avihú hubieron muerto como castigo por su servicio incorrecto, se le dijo a Aharón que entrara en el Kodesh Kodashim (Sanctasanctorum) una vez por año, en Iom Kipur. Ese día se expiaban los pecados cometidos por la comunidad, incluyendo los del sacerdocio, y el Santuario era purificado por si hubieran entrado en él judíos ritualmente impuros.
Ese mismo día el propio Cohén Gadol, atado la mayor parte del tiempo con ropas blancas antes que con doradas, ofrecía todos los sacrificios. Estos consistían en sus personales ofrendas quemadas de pecado, que él ofrecía por sí mismo, y ofrendas comunitarias similares llevadas en nombre del pueblo. Como parte del ritual, Aharón tomó un puñado de incienso y entró en el Kodesh Kodashim. Luego arrojó el incienso sobre carbón tomado del altar y la cubierta del Arca quedó envuelta en una nube de humo.
Dos machos cabríos fueron provistos por el pueblo como ofrenda y el Cohén Gadol echó a suertes para determinar cuál de los dos sería sacrificado. A continuación, apoyó su mano sobre la cabeza del otro animal, llamado Azazel, sobre el cual confesó los pecados del pueblo, y luego lo arrojó desde un acantilado, simbolizando así la remoción del pecado del pueblo. Se dio orden a los judíos de observar permanentemente ese día como el shabat más solemne, en el cual todo miembro de la Casa de Israel debía aflijirse por medio del ayuno y arrepentirse de sus malas acciones.
Nuevamente se advirtió al pueblo que los sacrificios podían ser ofrecidos solamente en el altar del Santuario. Ofrecer sacrificios en el lugar elegido por uno mismo era considerado un acto de idolatría. Además, si alguien deseaba sacrificar un animal para comer durante el período del desierto, debía ser traído como ofrenda de paz. Fueron promulgadas las leyes que prohiben comer carne de un animal que ha muerto sin haber sido sacrificado según el ritual, y también la ingesta de sangre.
Al pueblo se le recordó que se esperaba de él un alto nivel de conducta moral si quería continuar siendo el elegido de D-s. Por consiguiente, el adulterio y los matrimonios ilícitos están fuera de la ley. Otras naciones habían sido destruídas porque sus miembros habían observado una conducta inmoral y el mismo destino tendrían los benei Israel si actuaban del mismo modo.
Parashá Kedoshim
Se exhorta a los benei Israel a ser kedoshim, de una elevada naturaleza de santidad. Este nivel espiritual puede ser alcanzado si uno respeta a los padres, observa el shabat y rechaza la adoración de ídolos. La repulsiva costumbre pagana de sacrificar niños a Moloj, el dios de los emoritas, y de practicar la brujería, son punibles con la muerte, pues contravienen esa santidad. También están prohibidos los ritos paganos de duelo consistentes en tatuar o mutilar partes del cuerpo. Están vedadas las mezclas irregulares, tales como la cruza de animales, o el entretejido de lana y lino (shaatnez), pues ofenden las leyes divinas de la naturaleza. No se deben comer los frutos de un árbol durante los primeros tres años después de haber sido plantados.
El judío se ha de distinguir por su compasión. Debe mostrar especial consideración por el pobre y el extranjero, pues nuestros antepasados también fueron extranjeros en la tierra de Egipto. Por otra parte, debe dejar para los pobres la producción de las esquinas de su campo, así como las espigas caídas. Además debe hacer tratos con sus semejantes sobre bases totalmente honestas. En consecuencia, actos tales como robar, mentir y calumniar, deben ser estrictamente evitados. El empleador debe pagar a los obreros sin demora. El comerciante debe observar completa honestidad asegurándose de que sus balanzas y pesas sean absolutamente correctas. El juez no debe mostrar parcialidad en favor del pobre ni del influyente. Aquel que difama a una persona o desorienta a un ciego o a una persona ingenua, es severamente censurado. Un judío debe hacer todo lo posible por salvar la vida de otro que está en peligro. Debe también amonestar a un semejante que comete un ereror. Por otro lado, no debe odiar a nadie, sino amar a sus semejantes como a sí mismo.
Finalmente, debe reprimir los aberrantes pecados de adulterio, incesto y bestialidad. Las naciones paganas fueron destruídas porque practicaban esos actos abominables e Israel sufrirá ese mismo destino a menos que sus miembros observen fielmente todas las leyes de Hashem. Se espera de los benei Israel que observen una forma de vida superior y permanezcan moralmente puros.
Lilmod ULelamed